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Grapeshot ‘All About To End’, sonido depurado respecto a sus anteriores lanzamientos

Llevaban tiempo tirando de sus dos primeros lanzamientos, principalmente de su anterior EP, ‘The Scene’, que junto a su primera maqueta era toda la discografía de los madrileños. Pueden decir orgullosos que -gracias a la campaña de crowdfunding que realizaron- su nuevo disco (y primer LP) ya está aquí para cambiar las cosas. ‘All About To End‘, constituido de una decena de temas, es la declaración de intenciones más elaborada de Grapeshot, cuyo sonido ha sido depurado respecto a sus anteriores lanzamientos. Grabado en Sadman Studios, sí que podemos afirmar que a priori no es tan variopinto como sus antecesores discográficos, cosa que no resulta inconveniente debido a su evolución, mostrando un conjunto mucho más centrado y con las ideas más claras. De todos modos, guardan alguna que otra sorpresa para nosotros. Lo analizamos aquí, en La Estadea:

El disco abre con ‘Void Your Soul’, procurando hacer vibrar al oyente desde el mismísimo comienzo. En la vena sludge, cortantes y elocuentes guitarras acompañadas del amplio repertorio de recursos de Marcos a la batería, y con el bajo de Borja bien presente, no dejan ninguna duda de que los chicos han subido el listón. Esteban a la voz tampoco se queda corto a la hora de usar diferentes estilos y registros, dominando aquí sus rasgados más bestias. El estribillo pese a todo no me encajó tan bien como los posteriores que iba a escuchar en el álbum. Pecatta minuta. O no.

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‘Parasites’ es la segunda bomba, esta vez de corte más variado. Aquí Esteban de desenvuelve como ya hacía en los inicios de la banda en su maqueta ‘Sons of Betrayal’, haciéndome rememorar los cantos de Serj Tankian. Enseguida cambia para berrear cuando el instrumental se torna crudo, repitiendo la secuencia de riffs un par de veces para llegar al interludio, que poco a poco va ganando fuerza para reinventarse en otra vez ese pegadizo estribillo. Parecido en ese aspecto es ‘Hamster Wheel’, al menos con el primer riff, que es sencillo pero le otorga la energía necesaria para que despunte. Similar en el estribillo, cantado hasta la agonía. Este deriva en un breve puente que hila con el primer solo del disco, un soplo de aire fresco teniendo en cuenta la repetición de los patrones hasta el momento. Los punteos prosiguen a la par que las últimas estrofas, dejando unos dos últimos minutos como colofón.

‘All About To End’, que comienza pintando un clima apocalíptico gracias a las guitarras con armónicos de José y la rítmica de Javi, se transforma después en un torbellino de riffs rítmicos en una onda cercana al groove. Ojo también al pasaje recién superado el ecuador de la pieza, donde el conjunto baja de revoluciones, abre paso a una relajada línea de bajo de Borja a la cual se van sumando punteos y rematan con un solo de guitarra en un desenlace donde más de uno se dejará las vertebras al escucharlo.

Cambio de tercio con ‘Naked Emperor’, que tiene una esencia punkarra, sucia y despiadada. Los rasgueos en tresillo de las estrofas y los pig-squeals son una delicia para el oyente ávido de brutalidad. Ni qué decir del acompañamiento de la batería, demencial en todo momento junto al bajo.

En este punto llega mi favorita del disco, ‘Johnny’. Los motivos los voy a resumir: la evolución de los riffs, el consecuente estribillo que vas a tener metido entre ceja y ceja por lo menos dos semanas si lo escuchas y, por último pero no por ello menos importante, la letra, que en tono nihilista describe brevemente la vida de un heroinómano que no tiene más esperanza que la de conseguir su siguiente chute. Un desfase en todos los sentidos.

‘Calumet’ nos cuenta una pequeña historia ambientada en un distópico lejano oeste, donde todas las referencias en su letra juegan con los dobles significados para hablarnos de diversas drogas. Sobra decir que es el estandarte stoner del disco… Ideal para animar a la peña en los directos, muy cabezeable y fácil de corear, sencillo a la par que aguerrido y divertido. Ya lo presentaron en directo como avance en algún que otro concierto antes de la salida del disco, sin duda aquí dejan claro el porqué.

Sin duda superiormente frenético, oscuro y enrevesado es ‘New Kind of Pain’. La crudeza retorna también a las cuerdas vocales, siendo esta clase de matices entre cortes una de las claves de las cuales presumen los chicos, su polifacetismo y su descaro para componer con desenfado. Los cambios de ímpetu en el solo que hace de puente le va que ni pintado. Por los mismos derroteros camina ‘Schoolyard’, marcado por el incesante ritmo de la batería con un enorme juego de redobles y doble bombo. El sonido de la percusión en general sin embargo deja un poco que desear, haciendo complicado apreciar los matices en ciertos momentos ya que suena un poco grave y no aprecio un buen encaje.

Ya entrados en la última ronda, Grapeshot se lo juegan todo a la último mano. ‘All In’ es el encargado de poner fin al álbum como ellos mejor saben hacer, con caña y de forma animada. El videoclip que el vocalista Esteban grabó en su visita a Nueva York es el ejemplo sucinto. Pura energía hasta el clímax, que pretenden alargar para poder desquitarse en un final de infarto.

Descaro, ingenio y la cara muy dura. La banda sabe transmitir ese carisma y ese desenfado en un disco variado y muy entretenido de escuchar, con segmentos pesados y voces rasgadas que se encuentran junto a poderosos y pegajosos estribillos. Si bien puede resultar algo complicado encajar los diez temas a la primera, las escuchas individuales son esenciales para poder apreciar a qué me refiero. Una producción correcta (un gustazo disfrutar de las líneas de bajo bien aparejadas en el conglomerado), algo laxa con la percusión. Gran debut en el formato LP con el que empezarán a girar en breve a la espera de novedades.


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