Hoy entrevistamos a In Mute, que se encuentran en plena gira de presentación de su nuevo LP, ‘Gea’, lanzado en marzo de este año, y tienen cositas interesantes que contarnos. Sin ir más lejos, hace apenas una semana estuvieron dando estopa en la Rock City (ya llegará la crónica, ya…). Esta entrevista fue originalmente planeada para el Leyendas del Rock 2015 y por cosas de los festivales, no pudo ser. Tras más de dos años de espera, aquí los tenemos.
¿Cómo surge la idea de crear ‘Gea’ y sus tres temas conceptuales?
Adrián: La historia básicamente tiene como protagonista a Gea (la Tierra), que narra su evolución y cómo reacciona frente al ser humano. Son tres partes (tres temas) al inicio del disco: el momento en el que toma conciencia del problema, cómo reacciona e intenta reeducar al ser humano para solucionarlo y la conclusión fatídica.
Cristóbal: La historia es breve y nos moló un montón. Se planteó hacer un disco totalmente conceptual, pero al final hicimos solo esos tres temas junto al título (más la intro) y el artwork.
Steffi: El resto del disco, respecto a las letras, no es tan directo, pero son pequeñas historias que reflejan esa historia tangible. Son diferentes temas que van de la mano con la historia.
«[Con ‘Gea’] Queríamos dejar claro que hemos madurado y crecido como banda, que nos hemos encontrado a nosotros mismos y eso tenía que plasmarse. Esta evolución es tanto a nivel personal como en conjunto con la banda»
¿Qué influencias tuvisteis para la creación del disco? ¿Qué objetivos había?
C: No nos planteamos nada concreto a nivel musical. Llevábamos componiendo durante un tiempo, y como estuvimos tanto girando con el ‘One In A Million’ (que pese a ser un EP era lo que más nos representaba en ese momento), teníamos ya claras las ideas. Nos gusta el death metal con una orientación melódica, e hicimos algo que funcionó. Con «Gea» el proceso compositivo fue muy similar. Quizá ordenamos un poco más el disco por la musicalidad y las armonías.
S: Ha pasado mucho desde que grabamos aquel EP, allá por 2012. Empezamos con «Gea» de forma sustancial en 2016, aunque llevábamos ya tiempo componiendo. Queríamos dejar claro que hemos madurado y crecido como banda, que nos hemos encontrado a nosotros mismos y eso tenía que plasmarse. Esta evolución es tanto a nivel personal como en conjunto con la banda.
A: Las influencias y la esencia se mantienen. Lo que te gusta en la adolescencia es la base de lo que vas a tocar, y luego se va completando con tus nuevas influencias, inquietudes y conocimientos. Nunca dejas de ver puerto, por decirlo así. Lo que crees que te completa o satisface en cada momento es la clave.
¿Qué cosas habéis mantenido de la época del «One In a Million» y qué se ha cambiado?
S: Como núcleo de la banda ha habido mucho reto a superar. A mi alrededor toda la banda se ha ido poniendo metas y eso se ha reflejado en los temas. También lo he visto en mí misma, nos hemos explotado y exprimido al máximo, nos hemos vuelto locos y así salió «Gea» (risas).
C: También vivimos un proceso de tocar muchísimo, de vivir en una nube. Subes y subes, el grupo va a mejor, vienen los festivales grandes… Antes de «One In A Million» casi no tocábamos, y a partir de ahí vino lo gordo. El momento de parar fue duro, aunque no llegamos a parar como tal porque no queríamos dejar de tocar. Pasaron a ser muchas horas de dedicación al grupo y eso se nota en el resultado final. «Gea» refleja eso: es más oscuro, más progresivo, más técnico que el EP… Es una simple evolución, donde tanto pierdes como ganas seguidores.
El proceso de creación de «Gea» se alargó más de la cuenta, ya que teníais pensado originalmente tenerlo entre finales de 2015 y 2016… ¿cómo fue todo el asunto?
S: El retraso fue debido a que no nos han dejado de llamar para tocar en directo. Queríamos hacerlo y no queríamos negarnos. Las propuestas eran muy interesantes y somos músicos de directo. Como decía Tobal, paramos pero lo justo, porque no era una opción viable.
A: Si el EP tuvo repercusión con cinco temas, sabíamos que tenía que haber un salto cualitativo, que mereciera la pena. El proceso compositivo fue bastante duro porque ninguna idea acababa de ser del todo buena, siempre había un margen de automejora y mucha exigencia por nuestra parte. Esa presión autoinfundida retrasó mucho el proceso, porque hasta desechamos cosas cuando ya estaban prácticamente finiquitadas… Ha sido cuestión de perfeccionismo, de darle muchas vueltas, algo donde nos ayudó muchísimo Davish (Angelus Apatrida), porque [como productor] nos echó un cable a la hora de desbloquearnos. Nos dio esa visión externa y fue una de las claves para no quemarnos.
«Nos caracterizamos por tener los pies en la tierra. Si fuera por pedir, ya habíamos hablado de ir a Japón (…), pero en general nos gusta hablar solo de cosas que tenemos atadas o medio atadas»
¿Cómo ha sido la recepción del disco por parte del público y la crítica? También nos gustaría saber vuestra opinión personal ahora, con el disco ya en el mercado y tras tantos meses de trabajo…
A: Estamos satisfechos porque sentimos que es lo que queríamos hacer. Tiene su parte buena y su parte mala. Lo que más nos ha dicho la gente es que no es un disco que entre con la primera escucha. Sin embargo con el tiempo va entrando, porque es denso, hay mucha más tralla, es menos comercial que lo que habíamos hecho con «One In a Million»… Personalmente, siento tranquilidad y confianza.
C: Nunca puedes forzar un proceso artístico. Se nota mucho cuando una banda hace algo que no ha nacido de ellos. Por lo general las reseñas han sido muy buenas, aunque siempre está la típica que te cruje.
A: El disco que entra solo caduca rápido. El que cuesta más… se te queda para toda la vida.
S: Me han llegado a decir bastante, y es algo que me ha hecho mucha ilusión, que es un disco en el que con cada escucha han descubierto cosas nuevas. Eso emociona porque es un disco denso, no es fácil quedarse con él, pero si la gente le está dando oportunidades es por algo.
Acabáis de visitar Malta con motivo del Voices of the Succubi, un festival que consta de bandas con cantantes femeninas, y lo hacíais de cabeza de cartel. Algo parecido os pasó en Bélgica hace no mucho ¿Es el comienzo de la internacionalización del grupo? ¿Qué os hace falta para dar ese salto?
A: Hace falta que haga efecto esa distribución del disco, que requiere tiempo.
S: En Bélgica por ejemplo estuvimos genial con Geoffrey. Es un chico que nos conoció en Wacken y le flipamos. Allí nos paró y nos dijo totalmente en serio que un día conseguiría que tocáramos en su país, así que le echó un par, y un año después allí estábamos. Eso nos sirvió para hacer nuestra primera salida de España, porque además nos trataron de lujo. Luego estuvo el festi de Malta, que llevaban tiempo queriéndonos llevar, al final salió la oportunidad. Menudos anfitriones… desde aquí mil abrazos, porque nos trataron con reyes.
C: Allí estaban Martyrium, que también giran bastante. En una isla donde la escena es muy pobre; ellos son los que lo mueven casi todo, allí hacían de promotores. Hubo buen ambiente, y además con unos cuántos días de vacaciones que nos regalaron.
S: Y también tienen una apuesta muy fuerte por las bandas de metal encabezadas con mujeres y lo mueven mucho. En cuanto podamos traerlos a España, vamos… Aquello nos permitió tener nuevas experiencias -somos todavía unos novatos en los vuelos, íbamos preocupadísimos por los instrumentos (risas)-, ver sitios nuevos… fue algo espectacular.
¿Qué previsiones tenéis para 2018? Retos, aspiraciones, metas posibles e igual otras no tan posibles…
S: Nos caracterizamos por tener los pies en la tierra. Si fuera por pedir, ya habíamos hablado de ir a Japón por una cosa pendiente (risas), pero en general nos gusta hablar solo de cosas que tenemos atadas o medio atadas, aunque sabemos que pese a eso siguen cayéndose de vez en cuando. Queremos pisar todos los lados de la península, que van a ser seis meses de mucho ajetreo. En breve saldrá el cartel de fechas de esta nueva etapa, y también nos gustaría irnos lejos de gira. Nos hace ilusión y va a ser duro, pero al final es lo que tenemos que hacer, una incursión en Europa para 2018 estaría muy bien.
«El grupo tiene una dinámica de trabajo, una serie de exigencias para que todo funcione. Ya no tenemos 20 años, hemos madurado como banda y a veces toca tomar decisiones complicadas»
Pejota abandonó el grupo hace poco. ¿Cómo encaja un grupo como In Mute la salida de uno de sus miembros fundadores? ¿Cómo fue la búsqueda de su sustituto?
A: El grupo tiene una dinámica de trabajo, una serie de exigencias para que todo funcione. Ya no tenemos 20 años, hemos madurado como banda y a veces toca tomar decisiones complicadas cuando no se pueden seguir esas exigencias.
C: Todos pasamos de los 30, es muy jodido llevar un grupo al nivel en el que estamos porque exige mucho y da poco. Durante muchos años, Pejota inclusive, hemos ido adecuando nuestras vidas, trabajos e ingresos para poder llevar el grupo, eso unido a que llevábamos una década juntos… De alguna manera empieza a quemar porque deja de ser un hobby y pasa a ser algo mucho más serio. Hay experiencias muy bonitas pero por desgracia también está lo económico… en cierto punto, tras la salida de «Gea», decidimos que nuestros caminos se tenían que separar.
S: La prioridad es que la banda siga adelante. La banda demanda, y se toman las decisiones necesarias para que el motor no pare. Hemos invertido todos mucho, toda nuestra vida prácticamente. Si uno no está en la línea no puede frenar ese proceso. Ahí en adelante es solo cuestión de encontrar ese «quinto elemento»… ¡y menudo quinto elemento! Mike es un tío que se ha adaptado exageradamente bien y es algo que nos alegra mucho.
Parece que ni hecho adrede, teniendo en cuenta el nivel de exigencia de la banda y el momento crítico por el que pasábais entonces…
A: Es un tío supercurrante. Compartimos objetivos, la forma de ver la música, tiene los pies en el suelo y no necesitamos explicarle ciertas cosas… No ha cubierto un hueco, sino que ha creado el suyo propio.
S: Estábamos inquietos por si no conseguíamos conectar con esa persona, porque como hemos dicho antes prácticamente nuestra vida está aquí dentro. Es una conexión que no se remite solo a la musical. Estamos contentísimos de haber encontrado a la persona adecuada tan pronto y que podamos compartir tanto.
(Mike, que no estuvo presente en la entrevista, respondió a esta pregunta más tarde por su cuenta) ¿Qué sensaciones has tenido desde que entraste en In Mute? Alguna que otra novatada habrá caído…
M: La sensación ha sido bastante buena. Las primeras semanas fueron impresionantes respecto a trabajo: tuve tres semanas para aprenderme todo el repertorio de concierto, que no es un material precisamente fácil y asequible. Fue un curro muy grande pero quitando esa parte, lo demás ha sido todo bueno. Hemos congeniado muy bien. Por novatadas podría estar un buen rato hablando, pero han caído por los dos lados, de eso no se ha salvado nadie (risas).
«Al pisar Wacken éramos solo una banda local y al salir resulta que ya te han colgado un cartel encima que supone un trabajo de prensa, organización y demás mucho más exigente. Tuvimos que readaptarnos en esos ámbitos»
Han pasado tres años desde aquella victoria en el WOA Metal Battle. ¿Os sigue recordando la gente por aquel logro? Y echando la vista atrás, ¿qué os ha supuesto, tanto positivo como negativo, aquel hito?
C: Uno de los motivos más grandes para ganar la WOA fue cuestión de hacer 35 conciertos sin parar. La banda había salido por España por sus propios medios, ya nos estaban llamando de sitios. Ese «título» no te lo quitas en mucho tiempo, hasta Crisix lo tiene en cierta manera. La experiencia y la confianza de llegar y ganar es lo que nos queda, personalmente, que el jurado te elija como la mejor banda de un concurso tan internacional.
A: Hace cuatro veranos que lo dejamos casi todo para centrarnos en esto, dejamos los trabajos, las orquestas, nos adaptamos todos a esto. Wacken fue un inicio, una inversión a fondo perdido, y cuya conclusión fue esa Metal Battle. Creemos que funcionó por haber tocado tanto, porque perdimos el año anterior y aprendimos de nuestros errores.
S: Es un punto de inflexión muy bonito. Eso visto ahora, claro. Aquello supuso que al volver de las vacaciones tras aquello se nos venía encima una enorme cantidad de trabajo. Sin darte cuenta has subido un peldaño, al pisar Wacken éramos solo una banda local y al salir resulta que ya te han colgado un cartel encima que supone un trabajo de prensa, organización y demás mucho más exigente. Tuvimos que readaptarnos en esos ámbitos, de ir loquísimos en cuanto a infraestructura, logística, merchan… fue una auténtica locura, pero curras por lo que inviertes y es cuestión de seguir rindiendo al nivel. Nos obligó a apretar el culo.
Poniéndonos a día de hoy, habéis conseguido otros tantos logros. Habéis pasado de la autoedición con el EP a lanzar «Gea» con el sello Art Gates, además de que hace poco fichásteis por la agencia Factory Rock. ¿Qué os ha aportado estos fichajes?
S: Han sido cosas que hemos estado meditando durante mucho tiempo. Sobre todo lo hemos hecho pensando en sumar esfuerzos en una misma dirección. Desde Art Gates como Factory Rock, que es muy reciente, de hace un par de semanas. Esperamos trabajar juntos y que podamos llegar a un nuevo nivel. Iñaki (Factory Rock) es un buen chaval y nos encanta este nuevo reto.
¿Algún mensaje final para La Estadea?
S: Pues que igual pequé de inocente al intentar conceder una entrevista en pleno Leyendas (risas). Éramos algo inexpertos, yo me vine arriba y luego no pudo ser por todo el ambiente. No pudo ser, ni tampoco en aquel bolo en la Rock City hace dos años… (más risas). Pero bueno, muchas gracias por esperar y leernos ahora, a Charly, a Víctor por la espera, y a vosotros os animamos a seguirnos porque en breve anunciaremos más fechas, y si no venís a nosotros, ¡iremos personalmente a buscaros!