En pleno puente del Pilar llegaba una de las giras más interesantes del mes, y que precisamente ponía su punto y final en dos fechas en territorio nacional.
El mismo día 12 en Barcelona y el siguiente en Vitoria, Onslaught, Exarsis y Chronosphere se disponían a dar sus últimos bolos. A Barcelona nos desplazamos para ser testigos de ello, acompañados además en el cartel por unos Artillery que en un comienzo iban a tocar en la ciudad vasca pero fueron reemplazamos por los nacionales Holycide.
Exarsis
La velada empezaba pronto, a eso de las 18:30 las puertas de la Sala Upload se abrían para albergar a los asistentes más tempraneros. Apenas 20 minutos después ya estaban los griegos Exarsis sobre las tablas con su media horita para ir calentando el terreno.
Este día 20 de octubre lanzaban su nuevo LP, «New War Order», y aprovecharon para presentarnos algunos de sus nuevos temas en directo; «Haarp Weapon» fue su misil de arranque. Luego fueron intercalando canciones tanto de sus discos anteriores como nuevas. Así fue como dieron paso a «Toxic Terror», «General Guidance» y «Skull & Bones», entre otras.
El show no estuvo mal, aunque el sonido agrió un poco la experiencia. Suerte que en su último tema, su atrevido bajista bajó a organizar él mismo un circle pit que amenizó esos minutos finales.
Chronosphere
También se notó esa condición de teloneros con los también helenos Chronosphere. Era su primer paso como banda por España y tenían como objetivo empezar a calentar de verdad la sala. Costó un poco, porque si bien tienen auténticos temazos que ejecutaron en directo («Envirusment» o «Genetically Determined», de su primer disco) la mayoría de ellos fueron tocados con el tempo bajado. No quisieron quedarse atrás y dieron rienda suelta a cortes de su último disco, «Red n’ Roll», de los que podemos destacar «Before It’s Gone» y «Picking Up My Pieces». Sus característicos pantalones rojos campaban por el escenario con energía que se iba transmitiendo a un público que iba aumentando paulatinamente en masa. Tras dos trallones como «Brutal Decay» y «War Infection» quisieron finiquitar su momento de la noche con una versión de «Ace of Spades» de Motörhead, que como podéis imaginar, tuvo una recepción excepcional.
Artillery
Caía el sol en Montjuic y eso era indicador de que se venía lo grande. Volvía a entrar a la sala con unos Artillery recién estrenados esa noche y que la iban a dedicar en gran medida (como bien indica en el cartel de la gira) a su «Terror Squad» a causa de su 30º aniversario.
Apenas terminaron su «In Defiance Of Conformity», su corte de arranque, para meterse un poco más en ese disco cumpleañero. Cayeron «In The Thrash», «The Challenge» y «Let There Be Sin», entre otras, porque también tiraron de material añejo ajeno a ese disco, como la bien recibida «Beneath The Clay (R.I.P.)» o «The Almighty». Los años no pasan en balde, y pese a la calidad del material, la energía sobre las tablas no es la misma ni de lejos, si bien también es verdad que el escenario tampoco permitía mucho movimiento con cinco personas sobre el mismo. Su cantante, el mismo que trabajó con Artillery hace unos años en estudio y que a día de hoy es su vocalista en directo, lucía con desparpajo un llamativo gorro de tela repleto de tachas y que se iba tambaleando de aquí para allá.
Se mostraron a un nivel notable y conforme iban pasando los minutos, la energía en el público iba en aumento. Entre otros temas más modernos que desconocía reinaba el caos, y con un setlist que completó su hora estipulada, despidieron con un «Terror Squad» que no podía faltar a la cita. Todavía quedaba el reventón final…
Onslaught
La hora se cumplía más que a rajatabla, y es que Onslaught comenzaban unos minutos antes de lo estipulado. Al igual que sus antecesores en el escenario de la Upload, los británicos iban dispuestos a homenajear otro gran disco, su «The Force» de 1986, pero de una forma mucho más intensa. ¿Y cómo es esto? Tocando el disco al completo del tirón y en orden correspondiente. Una delicia para los puretas y los fans de dicho clásico, arrancando con «Let There Be Death», seguido de «Metal Forces». Inicio brutal, y que no era ni la mitad de lo que se desarrollaría a lo largo de la hora y media de su bolo. Al bajista de la formación se le veía con ganas de que el público lo diera todo, agitando el cotarro, aplaudiendo entre temas y animando a los espectadores a que se abrieran un poquito más las cabezas entre ellos.
El resto de la banda estaba un poco más parada, aunque musicalmente cumpliendo con su cometido, y es que se nota también esa brechita de los Onslaught actuales (con los señores Keeler y Rockett, vocalista y guitarrista respectivamente, siendo los únicos miembros originales que persisten desde la creación de la banda en el ’82). Esto son solo meros detalles que no embrutecen ni mucho menos un buen show de calidad, donde tras tocarse de cabo a rabo «The Force» fueron con una tirada de temas de mezcladillo. Gran parte de ese repertorio se basó en las grabaciones de estudio de la última década, como «Killing Peace», «The Sound Of Violence» y «Burn». Aquí me esperaba que el público rebajara un poco la emoción, pero nada más lejos de la realidad, esta constante se mantuvo hasta que no había oportunidad para más bises. «Destroyer of Worlds», seguido de su más reciente «66’Fucking’6» dieron paso a los dos últimos petardos de la noche, «Onslaught (Power From Hell)» y finalmente «Thermonuclear Devastation», ambas de su primer LP. La gente clamaba por más, en vano.
La despedida conjunta con las cuatro bandas del cartel sobre el escenario dio a entender a esos ávidos espectadores que la cosa no iba para más y entre aplausos se dio por acabada la noche.