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Obsidian Kingdom «Nuestras obras son complejas pero honestas, y tienen múltiples capas de lectura y disfrute»

Antes de nada, ¿cómo presentaríais Obsidian Kingdom a alguien que aún no os ha escuchado? Lo que aparece en vuestro Bandcamp me parece muy curioso, pero me gustaría una definición un poco más extendida.

Somos un colectivo artístico independiente, orgánico y multidisciplinar que utiliza la música como excusa para vehicular su propuesta estética y su visión del mundo. Nos creamos en Barcelona.

Nuestras producciones podrían enmarcarse en algún punto entre el rock progresivo, el post-metal y el avant-garde, y buscan generar una experiencia única a través de la integración de diversas disciplinas: música, cine, literatura, teatro, poesía y diseño. Nos preocupa mucho la puesta en escena y la calidad de nuestro espectáculo, y nuestros directos destilan intensidad. Nuestras obras son complejas pero honestas, y tienen múltiples capas de lectura y disfrute. Nuestros referentes están en constante evolución, pero preferimos las sombras y las profundidades.

Nuestros miembros son jóvenes, creativos, determinados y ambiciosos. Nuestros horizontes son muy amplios y nuestras metas muy elevadas. Hemos construido este proyecto desde la nada con nuestras propias manos y seguiremos luchando hasta verlo triunfar. Estáis todos invitados a la fiesta.

Vuestro último trabajo sorprende por lo arriesgado después de lo bien que funcionó ‘Mantiis’ entre los aficionados. ¿No os han temblado las canillas a la hora de presentar un trabajo tan variopinto?

No; como tampoco nos temblaron cuando presentamos ‘Mantiis’, y creemos que su éxito se debe, en parte, a esta actitud.

Cuando lanzamos nuestro debut, estábamos bastante convencidos de que pocos iban a entender la broma: demasiado metal para ser popular, demasiado blando para ser metal, demasiado clásico para ser experimental y demasiado raro para ser apto para consumo masivo. Y creo que funcionó porque, al final, ponía de relieve que habíamos hecho en todo momento lo que nos había salido de las narices, sin tener en cuenta prejuicios estilísticos y sin hacer ningún tipo de concesión respecto del qué dirán.

Así que, paradójicamente, en realidad hemos repetido la misma fórmula que en ‘Mantiis’… Con distintos resultados, por supuesto.

«Nuestras producciones podrían enmarcarse en algún punto entre el rock progresivo, el post-metal y el avant-garde, y buscan generar una experiencia única a través de la integración de diversas disciplinas: música, cine, literatura, teatro, poesía y diseño.»

¿Qué cara os pusieron los de Season of Mist cuando les presentasteis ‘A Year With No Summer’? ¿Se esperaban un trabajo tan difícil de etiquetar?

No muy buena, claro…

Les ha pasado lo que a todos: al principio no se lo creían. ‘A Year With No Summer’ cuesta de digerir. Es chocante y desagradable, y puede llegar a sonar incluso absurdo. Frío e inhóspito, disonante y aparentemente estéril. Dicho así no parece muy atractivo, ¿verdad?

Pero no tarda uno mucho en acostumbrarse. Ahora les encanta.

¿Cómo veis la escena tradicional del Metal castellano? Me refiero a bandas como Saratoga, las cuales son las primeras que le vienen a la cabeza a uno cuando le preguntan por Metal nacional. ¿Os sentís identificados en algún punto con toda esta clase de conjuntos?

Nada casualmente, las bandas nacionales que más nos han inspirado no necesariamente han tenido nada que ver con el Metal. Aunque conocemos la escena patria, no nos identificamos en exceso con sus estándares: tampoco es casualidad que seamos los raros de la clase.

En ese sentido, en la lista de bandas nacionales que nos inspiran – y que todavía escuchamos asiduamente – encontrarás más bien propuestas como Héroes del Silencio, Alberto Iglesias, Fang, Berri Txarrak, Roger Mas, Nico Roig o Standstill.

Echáis de menos en el panorama actual, la antigua equiparación que siempre ha existido entre músicos y artistas?. ¿No creéis que hoy en día, con todas las facilidades que la gente tiene para grabar-de mala manera- lo que factura, el concepto se ha viciado un pelo?

Nunca vivimos el anterior panorama, así que difícilmente podemos echarlo de menos…

Pero la verdad es que no nos preocupa en absoluto la saturación del mercado: es una situación inevitable con la que sencillamente hay que lidiar. Las posibilidades actuales de la tecnología de la comunicación nos permiten aprender de otras bandas a un ritmo que antes hubiera sido completamente imposible, y la competencia salvaje no sólo no nos amedrenta, sino que estimula nuestra creatividad.

Al final, sigue estando en manos de cada uno el decidir qué propuestas resultan trascendentes y cuáles son sólo una farsa o una vulgar imitación.

«Nuestras obras son complejas pero honestas, y tienen múltiples capas de lectura y disfrute. Nuestros referentes están en constante evolución, pero preferimos las sombras y las profundidades.»

¿A qué se han debido tantos cambios de formación?

Aunque la membresía se concede de forma vitalicia, militar en Obsidian Kingdom es un trabajo a tiempo completo y una labor muy exigente, y no todo el mundo está dispuesto a realizar semejante sacrificio, al menos no de forma indefinida. Experiencias como grabar un álbum en condiciones o girar suponen procesos muy estresantes, y cada vez significa una nueva prueba de resistencia para cada uno de nosotros: algunos se van y otros nos quedamos, así es la vida.

De todos modos y a pesar de la incomodidad, por el momento la afluencia de sangre nueva siempre ha supuesto para nosotros una nueva oportunidad de crecer y de ampliar nuestro potencial expresivo, así que bienvenida la muerte.

Vuestra carrera por momentos me va recordando lo que llevaron a cabo Ulver a principios de siglo. Imagino que no fue casualidad que contarais con uno de sus productores para el nuevo disco. ¿Os sentís identificados con estos noruegos?

¡Ni que Kristoffer Rygg aparezca en ’10th April’, claro!

No es ningún secreto que Ulver es una de nuestras bandas fetiche de todos los tiempos, y todavía le seguimos el rastro muy de cerca. Siempre pioneros, siempre inconformistas y siempre consecuentes; los lobos son uno de nuestros grandes referentes y uno de nuestros modelos a observar. La presente colaboración con Garm supone para nosotros un inmenso honor y una fuente de tremenda satisfacción.

Como anécdota, mencionar que muchos de nosotros nos conocimos durante una peregrinación musical a Londres, con motivo de uno de los cinco primeros conciertos en la historia de la banda noruega.

¿Cómo fue lo de girar con una de las bandas del momento como Sólstafir?

Fantástico. Una experiencia incomparable y un aprendizaje como ningún otro.

Es verdad que Sólstafir están en un momento de gracia y fue muy afortunado poder girar con ellos entonces: ‘Ótta’ es un disco muy rompedor y cada día nos recibían centenares de melómanos ávidos de estímulos nuevos. Por otra parte, los islandeses son unos compañeros de viaje entrañables – sin olvidar a Sahg ni a Esben and the Witch -, así que sólo podemos hablar maravillas de aquel mes que ninguno de nosotros olvidará jamás.

Estar en la carretera actuando cada noche no tiene parangón y contamos las horas hasta que llegue el momento de repetir.

«‘A Year With No Summer’ cuesta de digerir. Es chocante y desagradable, y puede llegar a sonar incluso absurdo. Frío e inhóspito, disonante y aparentemente estéril. Dicho así no parece muy atractivo, ¿verdad?»

¿Qué festivales tenéis en el punto de mira, alguna cita internacional que se pueda desvelar?

Hay muchos festivales extranjeros que nos encantan y con cuya estética simpatizamos: Damnation, Temples, Roadburn, Asymmetry, Dunk!, Hellfest, ArcTanGent…

Los carteles de festivales de este año ya están cerrados en su gran mayoría, pero el año que viene esperamos presentar ‘A Year With No Summer’ en muchos de ellos. Eso sí, preferimos no abrir la boca hasta que ‘el trigo esté en el saco y bien cerrado’, que decimos en Cataluña.

¿Qué es lo único que nunca podría faltar en un camerino de Obsidian Kingdom?. ¿Alguna rareza inconfesable?

Mucho espacio. Para nuestros ejercicios gimnásticos y para que quepan los bailarines enanos travestidos.

¿Cuáles son los grupos actuales que escucháis en vuestro día a día?

Aunque suene a recurso publicitario barato, publicamos trimestralmente en Spotify una lista de recomendaciones musicales para todo el que se haga esa misma pregunta.

En ellas podréis escuchar artistas tan variopintos como Andy Stott, Death Grips, Lana del Rey, Swans, Kendrick Lamar, David Bowie, Deftones, The Drones, Venetian Snares, Chelsea Wolfe o Shining (NOR).

La pasada gira del ‘Mantiis’, contó con una escenografía muy cuidada, utilizando vuestro propio juego de luces y proyecciones para apoyaros, ¿haréis algo semejante con ‘A Year With No Summer’?. ¿Qué es lo que espera a los espectadores que se acerquen hasta la Stage Live de Bilbao el próximo 28 de Mayo?

Habrá mucho más que eso; nuestra propuesta escénica actual hace palidecer a la de la época de ‘Mantiis’.

Hemos diseñado una puesta en escena en la que combinamos un set de luces de suelo – construido y diseñado por nosotros mismos – con VJing en directo, proyectando material cinematográfico que llevamos dos años produciendo exclusivamente para la presentación de ‘A Year With No Summer’. Además, ahora nuestro equipo y nuestro sonido han mejorado exponencialmente, claro.

En más de una hora y cuarto de contrastes habrá tiempo de sobra para repasar largo y tendido casi todo nuestro repertorio; y como invitados tendremos a un reciente descubrimiento de tierras vascas: Erroma. ¡No hace falta decir que esperamos veros a todos allí!

«Hemos diseñado una puesta en escena en la que combinamos un set de luces de suelo (…), proyectando material cinematográfico que llevamos dos años produciendo exclusivamente para la presentación de ‘A Year With No Summer’. Además, ahora nuestro equipo y nuestro sonido han mejorado»

Por último, ¿Tenéis algo que queráis decir directamente a vuestros seguidores que están leyéndose esta entrevista?

Supongo que ya os habíais enterado, pero este año no va a haber verano.

Qué putada.


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