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Y de repente… ¡Hate destroza la Sala Upload!

La pintoresca Sala Upload sería la escogida para acoger un show al que le tenía muchísimas ganas. Los polacos Hate siempre me han dejado un muy buen sabor de boca tras sus directos, y eso que siempre los he visto en las salas menos acondicionadas para este tipo de música. Hacia las ocho de la tarde atravesábamos el mágico Poble Espanyol con la intención de acceder a la sala, pero en la puerta nos indicaban que la apertura de puertas se retrasaba, ya que la banda aún estaba haciendo las pruebas de sonido. Finalmente nos dejaron acceder a pesar de que los anfitriones de la noche aún no habían acabado de ajustar su sonido. Cuando pasan estas cosas tengo sentimientos encontrados, por un lado siempre me sacia la curiosidad ver como las bandas prueban sonido, pero por otro noto que le quita un poco de magia al show venidero. En todo caso, las cosas son como son y hay que adaptarse.

Atroxentis

Y de repente... ¡Hate destroza la Sala Upload

El público era muy escaso cuando salían a las tablas los belgas Atroxentis. Cierto es que la sala no tiene una ubicación idónea para un evento en un día laborable, pero con los más de 45 minutos que llevábamos de retraso es impensable que la gente que tuviese previsto llegar a ver el show en todo su conjunto no hubiese tenido tiempo de personarse en la sala. Más bien lo achaco a la cultura que tenemos arraigada de que a los teloneros no hace falta verlos. En este caso tengo que dar la razón a esa corriente de pensamiento, era mejor ahorrarse el esperpento. Aún así, en mi fuero interno no apruebo estas actitudes por sistema.

Puede que las siguientes palabras suenen excesivamente duras y agresivas, pero lo cierto es que el conjunto flamenco demostró un nivel que rozaba lo patético tanto a nivel de ejecución como compositivamente hablando. Un desastre de pies a cabeza donde la base rítmica era incapaz de cabalgar conjuntamente ni un solo corte completo, los dos guitarras estaban muy lejos de compenetrarse para generar un buen muro consistente, además de no ejecutar ningún detalle técnico (sweep pickings, tappings…) con un mínimo de solvencia, y en el que el sonido, consecuencia de no poder hacer las pruebas pertinentes, no ayudó a la banda a disimular la atrocidad.

Retomo mis afirmaciones sobre lo importante que es que una banda esté preparada antes de comprar un slot y arrastrarse por toda Europa con una actuación tan ulcerante. Los de Bruselas demostraron un nivel compositivo de una banda de jóvenes quinceañeros que se inicia en el death metal con un EP debut, pero con el handicap de que son una banda con dos álbumes en el mercado y cerca de 20 años de existencia.

Into the Nethermost

Y de repente... ¡Hate destroza la Sala Upload

Tras esta primera actuación, era la hora de la banda que jugaba en casa esa noche, era turno para Into the Nethermost. Los barceloneses venían presentando su segundo disco de estudio desde que adoptaron el cavernoso nombre, se trata de ‘Chronicles from the Black Bile’. El quinteto se está prodigando bastante en directo en estos últimos meses y van creciendo en tablas, aunque aún les falta un escalón para tener esa cohesión sobre el escenario que le haga sonar y resultar profesional.

De nuevo, el sonido fue víctima de la falta de pruebas, aún así, y dado que he tenido ocasión de ver a la banda en otra ocasión este mismo año, creo que deberían equilibrar su sonido y buscar que los instrumentos se compaginen más entre ellos. Da la sensación de que la ecualización de los instrumentos se hace por separado y al gusto de cada músico en lugar de buscar una cohesión. En este caso sí que pudimos gozar de composiciones más elaboradas, con más sentido y amenas. Into the Nethermost consigue contarte una buena historia llena de contrastes a través de su blackened death, cada vez más y más blackened. El control melódico que tienen sobre su música embelesa y abona una muy buena base cruda e intransigente que a las veces toma el control y te transporta a los inicios del género. Los de la ciudad condal deben trabajar más su puesta en escena y la cohesión sonora antes mentada pero tienen un muy buen producto que presentar al mundo y eso les hace ganar enteros.

Hate

Y de repente... ¡Hate destroza la Sala Upload

Era turno para el plato fuerte, les tenía ganas, y quería que la línea de calidad ascendiente de la noche siguiera subiendo y así fue. Estaba un poco desanimado por la poca asistencia final a la sala y sobretodo por el pobre sonido que estábamos experimentando. Pero todo cambió cuando los polacos tomaron el mando.

La escuela polaca siempre ha tenido alumnos avanzados en el metal europeo y Hate, a pesar de no gozar de tanta popularidad como sus hermanos Behemoth o Vader, son una muy buena muestra de ello.

Pocos miembros quedan de la formación que presentaban la última vez que los vi en directo, básicamente su carismático frontman Adam “The First Sinner” Buszko. Como os decía, estaba algo alicaído y supongo que ese fue el motivo del impacto que ejercieron en mí los de Varsovia en sus primeros acordes. Se les veía cómodos, no les importaba el número de personas que tuvieran delante, salieron a matar, a demostrar que los que no estaban en la sala estaban muy equivocados en sus casas. Uno tras otro fueron cayendo temas de toda su discografía, a pesar de venir con un reciente ‘Crusade:Zero’ (2015) bajo el brazo no le prestaron más atención que a anteriores trabajos. El nivel de ejecución que demostraron fue tremendo, con un sonido compacto y redondo que dejaba apreciar a cada instrumento en los momentos precisos. Si algo les faltó fue empatizar con el poco público que estábamos en la sala. Un show muy completo, sin trampa ni cartón, ni artificios, sólo cuatro músicos sobre el escenario descargando un muro sónico demoledor.

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