El pasado sábado 3 de febrero nos pasamos por la Jimmy Jazz gasteiztarra para disfrutar del directo de I.O.N.T (It’s Over Nine Thousand) y Nukore con Childrain, quienes ponían el punto y final a su gira ‘Matheria’, cerrando así una etapa que les ha llevado por grandes salas y festivales de toda la península. Childrain tenían claro que este último concierto tenía que ser especial, llevando su directo – ya de por sí apisonador – a un nuevo nivel.
I.O.N.T
I.O.N.T eran los primeros en pisar las tablas con una propuesta muy acertada, un metalcore melódico muy potente, pero con toques de rock más pausado en algunos cortes. Desde el primer hasta el último riff demostraron la calidad y garra que tienen encima del escenario.
Su setlist se compuso casi por completo de canciones de su primer y único LP, aunque también tuvieron tiempo para presentar un nuevo tema. Sonaron muy compactos, destacando la labor de su frontman, que demostró tener mil y un recursos y fue todo un torbellino.
Nukore
Tras un cambio muy rápido de backline, los también locales Nukore saltaron al escenario y se llenaron las primeras filas de fans y amigos portando merch de la banda. Aunque llevan muchos años encima de los escenarios, nunca había tenido la oportunidad de verles en directo.
Inicialmente me quedé un tanto frío con su rap metal noventero, pero consiguieron que me metiese de lleno en el concierto gracias al sonido aplastante de los músicos y la adrenalina que desprendían los dos cantantes. Escuchándoles es inevitable echar la mirada atrás y recordar los discos de Limp Bizkit que no paraban de sonar en mis auriculares. Su frontman Aitor demostró tener muchos registros vocales, además del rapeo melódico también tiro de garganta rasgando la voz y dándole un toque Korn a temas como ‘Rise Up’.
Childrain
Y llegó el momento de Childrain, retiraron la lona de la batería y prepararon el escenario para lo que sería el último concierto de la gira ‘Matheria’. Por el público se rumoreaba que llevaban varias barras de leds, dos cañones de fuego y todas las luces de las que dispone la sala programadas; la intención era que aquella actuación fuese la más espectacular que habían presentado hasta la fecha. Se hizo la oscuridad y empezó a sonar la intro que desembocaría en el punteo inicial de ‘The Wolf’, temazo con breakdowns brutales de su primer LP ‘A Fairy Tale For The Dissent’; y al cual siguieron ‘Confined’ y ‘In Defiance Of’. Un arranque apoteósico, que unido al espectáculo de luces y pirotecnia nos voló la cabeza.
Por supuesto también sonaron temas del mencionado ‘Matheria’, concretamente cinco seguidos. Arrancaron con ‘Requiem’, con riffs que sonaron como auténticas ametralladoras. Siguieron con ‘Blind By Rage’ y ‘Rebel’, uno de los temas con más velocidad, y en el que Mikel (batería) tiene que exprimirse al máximo. La sala se volvió loca cuando escucho la intro de ‘Matheria Act I’, temazo que te incita a meterte en el mosh. Encararon el final del concierto con ‘Silence As A Medicine’, su mejor canción en mi humilde opinión, y cerraron con la melódica ‘Rise’.
Con todas las luces apagadas y el público aclamándoles abandonaron el escenario. Minutos después salían de nuevo para esta vez sí poner fin al concierto con ‘Matheria Act II’ y la gran ‘Awaking’, la cual mezclaron con un pequeño trozo de ‘Zombie’, tema estandarte de The Cranberries, para recordar a la recién fallecida Dolores O’Riordan.
Una gran noche la vivida en la Jimmy Jazz de Gasteiz, con muy buenos conciertos por parte de las bandas encargadas de abrir, y unos Childrain increíbles. La banda tiene un sonido muy compacto y al gran trabajo de Mikel con la programación de las luces nos hizo salir a todos con las piernas temblando y ganas de más. Es indiscutible que juegan en otra liga, y que si siguen con este nivel llegarán mucho más lejos.