Son un grupo que comenzó allá por mediados de los 90 a facturar lo que más adelante se denominó death-metal ‘sueco’ o ‘emo’ death-metal. Y de una forma u otra se han labrado una gran trayectoria musical hasta la actualidad.
Su carrera tuvo un notable punto de incisión con la salida al mercado de su quinto álbum de estudio, ‘Reroute to remain’; este disco sembró la controversia en cuanto a la tendencia del grupo y dividió las opiniones de la mayoría de aficionados que seguían su obra. Tachados de comerciales o ‘vendidos’ por los mas puristas, In flames son un grupo que en el 2002 se reinventó a si mismo, y puso su sonido en boca de todo el mundo. Actualmente gozan de una notable repercusión en todos los medios, así como en el mercado, tanto americano como europeo.
‘Soundtrack to your escape’, su penúltimo trabajo, fue la evolución lógica a la elaborada reconstrucción que sufrió el grupo y ‘Come clarity’ viene a ser la prueba que confirma la regla. Entrando ya en materia, este disco no supone ninguna sorpresa, el sonido es 100% In flames de nueva generación, eso si, más contundente que en anteriores ocasiones.
Abre fuego sin ningún tipo de concesión a la tecnología, ‘Take this life’. Es furiosa y pegadiza, guitarras marca de la casa y una percusión milimétrica, a la que ya nos tiene acostumbrados el bueno de Daniel. La voz de Anders se está volviendo un poco predecible, cada vez abusa más de la combinación dulce/agria, aunque sigue siendo la horma del zapato en el grupo. En la producción vemos similitudes con sus dos anteriores trabajos, sonido In flames, un punto muy importante, es algo que en estos años han conseguido pulir hacer muy suyo. En ‘Leeches’ predominan un poco más los teclados, medio tiempo de coros melancólicos y estructura ‘nu-metalera’.
El disco se pone interesante a medida que avanza, ‘Reflect the storm’ viene a ser la quimera de su pasado, es como echar un vistazo a las exclusivas melodias que les catapultaron a las listas de ventas, siempre conservando las distancias, este tema conserva la marca de nacimiento. ‘Dead end’ arranca con un subidón de adrenalina, los instrumentos a toda máquina y esta sí que es una sorpresa, lo primero que se escucha es la voz de Lisa Miskovsky, cantante pop sueca en la onda de la británica Dido, que aporto sus influencias para este corte, el resultado final, es cuanto menos original.
‘Scream’ es algo así como la ‘hermana mala’ del single ‘Trigger’, aunque quizás para algunos es lo que tuvo que haber sido ‘Trigger’… Seguimos con la canción que da título al disco, clásico medio tiempo al que ya nos tienen acostumbrados, con guitarras acústicas, voz sumergida bajo el agua y esporádicas cortinas de teclado, acordes con uno coro distorsionado y pegadizo… Otro tema con relativa trascendencia es ‘Crawling through knifes’ quizá la canción más pegadiza del disco, equiparable a sus: ‘Only for the weak’ o ‘Cloud connected’.
