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Crónica y fotos de Alter Bridge en la sala Rockstar

Se abrieron muy temprano las puertas, y debido a ello no vimos los dos primeros temas de los teloneros, ELDORADO, pero lo que vimos nos gustó y mucho. Gran banda de rock clásico con guitarrista y vocalista muy buenos, y base rítmica muy sólida, con mucho background que nos gustaría ver en un concierto propio, muy a tener en cuenta.

Después de la reciente edición del último trabajo de Alter Bridge, con un evidente bajón de nivel respecto a ‘Blackbird’, sobre todo en lo que respecta a la regularidad como trabajo (tiene 5-6 temas excelsos y el resto no llega al nivel), uno podría ir a su segunda vez como espectador de su directo sin excesiva euforia.

Pero es que Alter Bridge tiene a Myles Kennedy, de quien muchos de sus fans pensaron que se largaría de la banda a la primera llamada del guitarrista asombrerado de turno, o del guitarrista-leyenda sesentón de turno. Pero no, Myles ha vuelto a la banda, han sacado un buen disco, no a la altura de los anteriores, y han empezado gira, recalando en Euskadi después de pasar por varios países europeos, y antes de hacerlo por muchos otros.

Y digo que tiene a Myles Kennedy porque ayer el concierto fue una absoluta exhibición de sus dotes como cantante y guitarrista. En el set-list ya no hay concesión a las versiones, ni al blues de Robert Johnson, a la banda no le hace falta, con los temas del nuevo álbum que añaden al set, con buen criterio, (salvo la falta de ‘Still remains’ y de ‘Wonderful life’, que yo noté bastante, puesto que pienso que son los dos mejores temas del disco) conforman una colección brutal que durante casi dos horas shockeó al personal, con dosis de potencia, atronador volumen, y sensibilidad melódica.

Ya el principio nos da una idea clara de quién va a ser el protagonista. ‘Slip to the void’ me parece perfecta para ese cometido: sale Myles como una sombra y empieza con uno de los temas más potentes de su última obra, que será un clásico más en el repertorio de AB.

Se intercalan temas de los discos anteriores, cada fan podría tener los suyos en mente, pero para contentar a todos tendrían que tocar tres horas. Me sorprende ‘Coeur D’Alene’, un tema al que no presté demasiada atención al escuchar ‘ABIII’, suena perfecto, Myles engrasando la voz para ‘Brand new start’, primer guiño baladístico en cuyo estribillo ya empieza Myles a emocionar a todos. Voz cristalina, rango infinito, y personalidad arrolladora.

Como guitarrista me fastidia que Tremonti se lleve todo el protagonismo en esta banda. Kennedy lleva el peso de todos los efectos de los temas, intros, arpegios varios, algunos solos (no tan pirotécnicos, pero con un gusto infinito). Para mí le ganó por goleada a Tremonti en el aspecto guitarrístico. Lo cual no desmerece para nada el trabajo de Mark, rápido como él sólo en sus punteos, apoyando brillantísimamente con las voces, y asumiendo totalmente el papel de guitarrista incendiario, con mucha personalidad sobre el escenario, un grande.

Observé cierta tendencia de Scott Phillips a acelerarse en los temas más cañeros como ‘Metalingus’ o ‘One day remains’, dentro de su jaula de metacrilato (la podrían haber limpiado, casi no se le veía), con alguna miradita de Tremonti y Kennedy. Brian Marshall no se hace notar demasiado, salvo en su absolutamente desproporcionado y atronador sonido, que a veces tapa todo lo demás (tirón de orejas a los técnicos).

Se intercalan sabiamente temas más tranquilos, como ‘Ghost of days gone by’, gran temazo, o ‘Broken Kings’, con ‘White Knuckles’ o ‘Metalingus’. Uno de los puntos culminantes del concierto es ‘Blackbird’, emocionante, épico y largo tema en el que Kennedy casi no abre los ojos y nos deleita con uno de los solos de guitarra más emocionales que se han compuesto en décadas, y una interpretación vocal rayando la perfección.

Pero el punto culminante, en el que el frontman ya se mete en el bolsillo a la sala, es ‘Watch over you’. Myles sale él sólo con su acústica y también casi sin abrir los ojos nos abruma con una de las mejores interpretaciones acústicas que jamás haya visto un servidor, metiéndose a todo el mundo en el bolsillo, y ya con todos en ese estado llega ‘Open your eyes’ y aquello ya es la perfecta comunión banda-público.

Una vez acabado el bis, con ‘Isolation’ y ‘Rise today’, poca gente pidió ya más, no se podía, la intensidad había sido la adecuada, 20 temas del mejor rock que se puede escuchar ahora, con el mejor vocalista-guitarrista que se puede ver ahora, y en su absoluta plenitud, después de demostrar al mundo que se come a Axl y a Weiland con patatas durante éste verano. Kennedy está llamado a ser la leyenda del rock del siglo XXI, y no me extenderé más en elogios. Por otra parte, es increíble que ésta banda toque en recintos como éste , con no más de 500 personas, mereciendose llenar estadios y vender millones de discos. Mejor para los verdaderos fans, ver a Kennedy y los suyos tan de cerca no tiene precio, pero no es para nada justo.

Fotografías: Carlos Garcia Aspiazu

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