La quinta edición española del Sonisphere ha llegado con algunos cambios con respecto a ediciones pasadas, dos citas con el mismo cartel en dos ciudades y una sola jornada: viernes en Madrid y sábado en Barcelona. Un total de 27.896 personas en Madrid y 24.135 en Barcelona con una asistencia global de 52.031 personas.
Un acierto fue la elección de un nuevo emplazamiento en Madrid, el auditorio Miguel Ríos de Rivas, con buenos accesos, amplio recinto con explanadas y gradas y espacio suficiente predominado por el asfalto. Último día de mayo con buena temperatura de día pero con mucho frío y viento conforme llegaba la noche. El recinto está preparado con baños de verdad -hecho que se agradece enormemente- aunque también pusieron baños portátiles por todo el recinto. Distribuyeron también muchas barras de bebida, por lo que no hubo tanto problema de colas en cuanto a comprar bebida. En esta edición no se repitió el canjeo de dinero por púas de grupos, como ocurrió en las anteriores ediciones, lo que contribuyó a ahorrarnos tiempos de espera.
A pesar de haber mejorado notablemente en cuanto a organización, aún hay que destacar algunos puntos negativos, como la escasez de puestos de comida (parece ser que los heavies no comemos, que solo bebemos) y el precio desorbitado de las bebidas. La absurda zona VIP llamada ‘Black Circle‘ que solo se llenó durante la actuación de los Maiden quedando una zona casi desierta para las demás actuaciones, que visto desde la perspectiva del escenario, para los grupos no debió de ser muy motivador.
«El hecho de no poder volver a entrar una vez salido del recinto, hizo que muchos aguardaran en las puertas escuchando desde fuera»
Con escaso público, el festival arrancaba poco después de las tres de la tarde con unos Voodoo Six que no les faltaron ganas. Interpretaron ‘Falling Knieves‘ -tema que abre su recién estrenado disco ‘Songs to Invade Countries To‘-, ‘Sink or Swim‘ y ‘Take the Blame‘, de su anterior trabajo ‘Fluke?‘, cerrando con ‘Long Way From Home‘. Al público les gustó, y es que ser los elegidos por los mismísimos Iron Maiden para acompañarles como teloneros en su gira europea se debe notar de alguna manera.
El hecho de no poder volver a entrar al recinto una vez salido del mismo, hizo que muchos aguardaran en las puertas escuchando a los grupos desde fuera.
El segundo grupo de ingleses, October File, no disfrutó de buen sonido, sumado a la frialdad del público que no acababa de digerir su peculiar estilo post-punk, a pesar de que su buen frontman, Ben Hollyer, hizo lo propio por ganárselo con temas como ‘Falter‘ y ‘Isolation‘.
Red Fang repetían en el Sonisphere. Ya con la presencia de más público, pero con sonido alterado debido al viento, comenzaron con ‘Hank Is Dead‘, intercalando temas como ‘Malverde‘, ‘Into The Eyes?‘, ‘Wires‘ o ‘Prehistoric Dog‘.
Puntuales salieron a escena la única banda española que tocaría en esta edición, los riojanos Tierra Santa. Poco acertado fue su comienzo con ‘Más Allá de la Vida‘, tema de su último disco demasiado tranquilo para un comienzo de actuación. ‘La Leyenda del Holandés Errante‘ tampoco hizo que el público se animara. La nueva ‘Héroe‘ sonó bien, tocaron también ‘Una Juventud Perdida‘ e ‘Indomable‘, y rememoraron sus clásicos ‘La Sombra de la Bestia‘ y ‘Legendario‘, terminando con el popular poema de Espronceda ‘La Canción del Pirata‘, coreada por todos los asistentes. Una actuación algo fría, y que no supieron explotar dada la magnitud del festival.
Newsted serían los primeros thrashers de la jornada. Encabezados por su líder, Jason Newsted, quien fuera bajista de Metallica, por lo que se contemplaba cierta expectación en verles. ‘Soldierhead‘, ‘Heroic‘, ‘As The Crown Flies‘ y ‘King Of The Underdogs‘ fueron algunos de los temas que interpretaron. Estuvieron muy enérgicos, sobre todo el guitarra Mike Muschock que no paraba de headbanguear. Terminaron enloqueciendo al público con los temas ‘Creeping Death‘ y ‘Whiplash‘, ambos de Metallica.
«Bastante fríos y con poca acción, Ghost intercalaron temas de sus dos discos. A pesar de ser una puesta en escena original, no bastó para amenizar al público»
El siguiente grupo en salir a escena fueron los suecos Ghost, con un estilo propio caracterizado por su peculiar atrezzo: Papa Emeritus, su vocalista, vestido como un sacerdote y maquillaje de esqueleto, y el resto de la banda -que se hacen llamar Nameless Ghouls– con túnicas negras y capuchas. Bastante fríos y con poca acción, interpretaron temas tanto de su primer disco -‘Infestissuman‘ y ‘Per Aspera Ad Inferi‘- como los más recientes ‘Secular Haze‘ y ‘Year Zero‘, entre otros. A pesar de ser una puesta en escena original y un tanto curiosa, no bastó para amenizar al público, que esperaban aburridos hasta la pronta aparición de la doncella de hierro.
Media hora de pausa para el esperado y espectacular cambio de imagen del escenario, grandes paneles con hielo e icebergs dibujados, escaleras y dobles suelos donde el bueno de Dickinson pudiera correr libremente. Esta vez regresaban para rememorar su mítica gira ‘Made In England‘.
No es habitual que Iron Maiden elijan para comenzar sus shows una hora temprana en la que aún se aprecia una notable claridad y, con puntualidad inglesa, arrancaron antes de las 21h. Valga la redundancia, comenzaron con ‘Moonchild‘ con la voz de Bruce Dickinson entrecortada. El lamentable sonido prosiguió y los grandes clásicos ‘Can I Play With Madness‘, ‘The Prisioner‘, ‘Two Minutes to Midnight‘ y ‘Afraid to Shot Strangers‘ no brillaron como merecían. Afortunadamente se fueron solucionando los problemas, y para ‘The Trooper‘ pudimos contemplar una magnífica puesta en escena donde, con casaca roja y bandera inglesa en mano, Dickinson se movía y corría por todo el escenario -hasta jugó con ella a posársela sobre la cabeza de Janick mientras éste interpretaba el solo de guitarra-.
«Fue espectacular disfrutar del ‘Fear of the Dark’ en línea con el anochecer. Antes de su primera despedida, Maiden nos dejarían con ‘The Clairvoyant’ y ‘Iron Maiden'»
Fueron varias las apariciones de Eddie, como en ‘The Number of the Beast‘ o en ‘Run to the Hills‘ peleándose con Janick. Ni qué decir tiene la mención inestimable de ‘Phantom of the Opera‘ y ‘Wasted Years‘, ambas espléndidas. Fue espectacular disfrutar del ‘Fear of the Dark‘ en línea con el anochecer. Antes de su primera despedida nos dejarían con ‘The Clairvoyant‘ y ‘Iron Maiden‘, con la imagen de la portada del disco de ‘Seventh Son of a Seventh Son‘. Para los bises, volverían con ‘Aces High‘ con imágenes proyectadas de la II Guerra Mundial, terminando por todo lo alto con ‘The Evil that Men Do‘ y ‘Running Free‘, con pirotecnia y cañones de fuego.
A pesar del mal sonido del comienzo del concierto y algunos problemas técnicos (la pantalla derecha del escenario se estropeó), además de que la voz de Dickinson no estuvo del todo brillante, la actuación de los británicos fue magistral, una complicidad absoluta de toda la banda en la que no pararon de posar, sonreír y hacer deleitar a los allí presentes con su fuerza y desgarro.
Tras las dos horas de actuación de Maiden, la gente se dispersó por el recinto en busca de saciar su sed y su estómago, en los puestos de comida fue donde se acumularon largas colas que no daban abasto con tal multitud para tan escasos puestos que había, por lo que muchos nos perdimos gran parte de la actuación de Anthrax esperando para comer, que a pesar del acumulado retraso en el horario de salida no pudimos ver buena parte de su comienzo.
Sobre el escenario Joey Belladonna a la voz y Jonathan Donais sustituyendo en la guitarra a Rob Caggiano tras su salida de la banda en enero, todo custodiado bajo unas pantallas decoradas con la portada de su último disco ‘Anthems‘. Sonaron ‘I Am The Law‘, ‘In The End‘, ‘Indians‘ o ‘Flight ‘Em ‘Til You Can’t‘, intercaladas con varias versiones, como ‘T.N.T.‘ de AC/DC, ‘Got The Time‘ de Joe Jackson y ‘Antisocial‘ de TRUST, con la que terminaron. Rindieron un emotivo homenaje a Jeff Hanneman con ‘Raining Blood‘ y con Dio y Dimebag Darrell hicieron lo propio mostrando sus rostros en telones.
«Megadeth comenzaron con ‘Prince of Darkness‘ y ‘Trust‘, con una introducción bastante fría, seguida de ‘Hangar 18‘, con la que el público pareció reaccionar»
Tras la enérgica actuación de Anthrax, les siguieron Megadeth, pero no precisamente de la misma forma. Sabemos que no es una banda expresiva, se limitan a tocar y no muestran aparente cercanía al público, el cual parecía devolverles la misma apatía. Comenzaron con ‘Prince of Darkness‘ y ‘Trust‘, con una introducción bastante fría, seguida de ‘Hangar 18‘, con la que el público pareció reaccionar. Nos presentaron varios temas de su nuevo ‘Super Collider‘: ‘Kingmaker‘ y ‘Super Collider‘. Con ‘A Tout le Monde‘ el público cantó a la orden de Mustaine. ‘Public Enemy Number One‘ y ‘Countdown to Extiction‘ sonaron muy bien y ‘Architecture of Aggression‘, con imágenes de guerra en las pantallas. Continuaron con ‘Sweating Bullets‘ y, antes de retirarse, no podían faltar ‘Symphony of Destruction‘ y ‘Peace Sells…‘ con las que consiguieron por fin ganarse al público. Tras una breve retirada, volvieron para terminar con el potente ritmo de ‘Holy Wars‘, agradecidos, se despidieron proyectando en la pantalla un ‘gracias’ traducido en varios idiomas.
Con un frío torturador, y con un retraso acumulado importante, salieron a escena la última y esperadísima banda de esta edición: Avantasia. Era su primer concierto en España ya que vinieron en una ocasión para el Metalway en 2009, pero la fuerte tormenta impidió su actuación, por lo que había muchas ganas de verles. Una pena que gran parte de los asistentes no se quedaran para ver esta última actuación que podía ser destacable, y doy fe de que así fue.
«Avantasia cerraron con la interpretación de todos con ‘Sign of the Cross‘ y ‘The Seven Angels‘. Un gran fin de fiesta que no podía haber sido más espectacular»
Tras la intro ‘Also Sprach Zarathustra‘ de Strauss, Tobias Sammet interpretó ‘Spectres‘, único tema cantado en solitario, junto con las voces de los coristas: Thoma Rettke (ex Heavens Gat) y Amanda Sommerville. A partir de aquí nos aguardaba un elenco de colaboraciones de artistas, comenzando ‘The Scarecrow‘ con Ronnie Atkins (Pretty Maids), Bob Catley (de Magnum) apareció con ‘The Story Ain’t Over‘. Pero sin duda uno de los puntos más emocionantes de la noche fue cuando apareció Michael Kiske para interpretar ‘Reach Out for the Light‘, tremendo momentazo con el que nos pusieron los pelos de punta. El show continuó con el dúo Kiske-Sammet con ‘Breaking Away‘, temazo del ‘The Metal Opera‘. Entre tanto subidón, llegó el momento de la balada épica ‘Farewell‘, interpretada por Amanda Sommerville con su preciosa voz, a dúo con Tobias, una actuación realmente emotiva.
Destacar también la interpretación de los demás músicos que acompañan a Sammet en este genial proyecto, como son Sascha Paeth y Oliver Hartmann a las guitarras, Felix Bohnke a la batería –compañero de Sammet en Edguy– y Miro Rodenberg a los teclados. Otra gran sorpresa fue la aparición del ‘señor grande’ de Eric Martin que nos cautivó a todos con ‘Dying For An Angel‘ con su prodigiosa voz, dando paso a Ronnie Atkins para cantar a dúo ‘Twisted Mind‘. Tobias volvía agradeciéndonos nuestra presencia a esas horas y nos anunciaba que tenían que reducir el show pero prometiendo volver a Madrid en una de sus habituales giras de tres horas dentro de cuatro años.
Se aproximaba el final con ‘Lost in Space‘ y ‘Shelter From The Rain‘, en el que apareció Bob Catley como última colaboración de la noche. Cerraron con la interpretación de todos con ‘Sign of the Cross‘ y ‘The Seven Angels‘. Un gran fin de fiesta de lujo que no podía haber sido más espectacular, que nos supo a poco a pesar del frío y del cansancio.
Poder contemplar a tantos artistas juntos compartiendo un mismo escenario es una experiencia única y digna de disfrutar. Sólo nos queda esperar unos años para poder disfrutar de nuevo de esta experiencia cuando nos visiten, esta vez con su show completo de tres horas, y esperando ver, además de estos artistas, las colaboraciones de la talla de Cloudy Yang, Joe Lynn Turner (Rainbow, Deep Purple) o Byff Byford (Saxon), que han colaborado en este ‘Mistery of Time‘.